Un hombre susurró: Dios, habla conmigo.
Y un ruiseñor comenzó a cantar...
Pero el hombre no oyó.
¡Entonces el hombre repitió:
Dios, habla conmigo!
Y el eco de un trueno, se oyó...
Mas el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miró en derredor y dijo:
¡Dios, déjame verte!
Y una estrella brilló en el cielo...
Pero el hombre no la vio.
El hombre comenzó a gritar:
¡Dios, muéstrame un milagro!
Y un niño nació...
Mas el hombre no sintió el latir de la vida.
Entonces el hombre comenzó
a llorar y a desesperarse:
¡Dios, tócame y déjame saber
que estás aquí conmigo...!
Y una mariposa se posó
suavemente en su hombro...
El hombre espantó la mariposa con la mano y,
desilusionado, continuó su camino,
triste, sólo y con miedo.
viernes, 25 de abril de 2008
ORACION
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