viernes, 20 de junio de 2008

ESTRESADOS

En la foto Carlo Mó

El estrés es de hecho un mecanismo de defensa que el cuerpo emplea para poder librarse o reaccionar y salir de una situación aguda que puede poner en peligro nuestra vida misma.
Por ejemplo, cruzar la pista sin ver que viene un auto y esquivarlo para que no me atropelle. Este tipo de estrés es bueno porque me permite mantenerme vivo, el cuerpo humano realiza gracias a este mecanismo una serie de cambios fisiológicos en el cuerpo para adaptarse, uno de estos cambios es un aumento del flujo sanguíneo mediado por el corazón, el cual late mas rápido, en ese momento nuestra presión arterial aumenta al igual que nuestra respiración, nuestras pupilas se dilatan y nuestra glándula suprarrenal secreta una sustancia que se denomina cortisol, además de catecolaminas (principalmente adrenalina y noradrenalina) la cual es una de las hormonas del estrés. El cortisol nos mantiene en un estado de alerta mayor y las catecolaminas hacen su efecto a nivel de la presión arterial aumentándolas; los músculos del cuerpo se llenan de glucosa listos para tener una chispa de energía por si necesita un movimiento brusco o de supervivencia.

Todo esto ocurre en fracciones de segundos y estos cambios nos permiten desarrollar nuestro máximo para salir del problema o situación aguda.
A veces hay situaciones de la vida cotidiana que el ser humano las puede tomar como amenazantes, es allí donde nuevamente se desata este mecanismo de respuesta o defensa y todo el proceso ocurre nuevamente, a pesar que no es una amenaza visible como un auto que pudiera atropellarnos porque viene a toda velocidad, el cuerpo lo interpreta de esa manera y se detona esta respuesta de manera permanente y crónica. Cuando estos estímulos provenientes de diferentes fuentes sean el trabajo, la familia o problemas personales, el cuerpo se mantiene en una constante vigilia y estado de alerta, esto hace que quienes lo padecen tengan cambios en el ánimo, estén irascibles o irritables.
Además el estrés crónico condiciona cambios negativos (principalmente en sistema cardiovascular) en el cuerpo, elevando la presión arterial, aumentando el colesterol malo y el total, aumentando la producción de grasa y bajando mis defensas, haciéndome susceptible a las enfermedades oportunistas.
Uno, no puede prevenir los estímulos generadores de estrés muchas veces, pero es importante descargarse antes de retomar el día siguiente y hacerlo de forma saludable, no con la comida, ni descargándose en casa.

La actividad física cardiovascular (una ligera caminata de 10 minutos a paso propio) funciona muy bien, regular nuevamente la presión arterial, baja el hambre, baja el colesterol total y malo y además regula el funcionamiento del sistema inmunológico.
Programemos un mínimo de actividad física cotidianamente. Ganemos la batalla contra el estrés, día a día.

Dr. Arnaldo Hurtado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El estrés es un problema que afecta la salud mundial, todos en algún momento de nuestras vidas lo padeceremos, el problema es que no sabemos combatirla de una manera efectiva. Una de las formas es comer de una forma equilibrada, esto es fundamental para mantener en orden nuestro cuerpo y la mente y evitar que el estrés afecte a tu estómago, tus defensas y tu sistema nervioso. De lo que comemos depende buena parte de nuestra estabilidad física y emocional. Los deportes son de gran ayuda para aliviar el estrés, además nos hacen sentir mejor lo que eleva nuestra autoestima y esto a su vez, alivia también el estrés.

Jurema dijo...

Estamos totalmente de acuerdo..
Gracias por tu visita