miércoles, 10 de diciembre de 2008

ÁMBAR

El ámbar cálido, liviano, suave cuando lo acariciamos, aromático cuando lo calentamos, eléctrico cuando lo frotamos. Así es el ámbar, con sus tonalidades amarillentas, anaranjadas, marrones, rojas, azules, verdes o simplemente transparente, como el cristal. Por sus características eléctricas, por la fragancia que emite cuando se le calienta, por la sensación de calor que nos da cuando lo cogemos entre las manos, y por los pequeños animales aprisionados en su interior, el hombre lo ha utilizado desde hace siglos como elemento mágico y le ha otorgado grandes poderes curativos. No andaban muy desencaminados nuestros antepasados pues el ámbar contiene ácido succínico utilizado todavía en la actualidad en medicina para curar diferentes dolencias.

Algunos grupos indígenas lo utilizan hoy mezclado con miel, aceite y alcohol para curar los dolores musculares por medio de masajes o en forma de pomadas curativas para casi todas las enfermedades.Las propiedades curativas, aromáticas y eléctricas hicieron que el hombre primitivo lo convirtiese también en un poderoso amuleto al que le concedieron la facultad de curar enfermedades y de trasmitir poderes especiales a quien lo portaba. Todavía hoy goza de una gran reputación como protección contra las enfermedades y los problemas de salud en general. Dicen que revitaliza el organismo en general y el órgano del cuerpo sobre el que se coloque, en particular. Algunos consideran que para eliminar los dolores reumáticos no hay nada mejor que un brazalete de esta resina, y en forma de collar cura las enfermedades del tiroides y de las vías respiratorias, especialmente el asma. Se utiliza contra la mala suerte y como medio para atraer la buena suerte. La energía que desprende el ámbar puede librarnos de la brujería y el mal de ojo y está especialmente indicado para proteger a los niños contra los malos espíritus y aliviarles los dolores de la dentición. Los chinos de la antigüedad lo consideraban una piedra sagrada que contenía la esencia de la vida y los alquimistas egipcios le otorgaban un valor religioso y médico.

Los aztecas lo denominaron "Apozonalli" y lo utilizaban como adorno igual que los mayas. En la Roma antigua se sentía tanta predilección por el ámbar que hasta establecieron rutas de comercio de este material que cruzaban Europa hasta el mar Báltico, una de las principales zonas de origen. Durante la prehistoria muchas mujeres se sentían atraídas por su belleza y posiblemente fueron ellas las primeras en utilizar el ámbar en forma de joyas.

Pero el ámbar no es una piedra. Es una resina fosilizada procedente de pinos prehistóricos ya desaparecidos. La resina de aquellos grandes bosques escurría por el tronco y las ramas y se depositaba en la tierra donde quedaba enterrada. Con el paso del tiempo se endurecía y se transformaba en la sustancia que hoy se conoce como ámbar. En algunas ocasiones la resina arrastraba pequeños animales o vegetales que quedaban atrapados en su interior y se han conservado intactos hasta nuestros días, lo cual permite a los científicos un estudio muy detallado del pasado. Los griegos le denominaban electrón, nombre que se ha utilizado para formar la palabra electricidad dado que al frotarse adquiere una fuerte carga eléctrica capaz de atraer cuerpos ligeros. El conocido como "Ambar Amarillo" se encuentra en el fondo del mar Báltico en grandes cantidades. Desde tiempos remotos las civilizaciones más primitivas lo recogían en el litoral de este mar cuando era arrastrado hacia las playas una vez que las tempestades removieran los fondos marinos y la resaca lo depositase en las costas. En cantidades menores se encuentra en Sicilia, Rumanía, Siberia, Groenlandia, Birmania, Australia, Estados Unidos y en España (Álava), donde recientemente se ha descubierto uno de los más importantes yacimientos de esta sustancia.

Hoy, siguiendo la huella de nuestros antepasados, el ámbar se utiliza en la elaboración de joyas muy valiosas y en amuletos protectores. Con esta resina fosilizada del color de la miel se confeccionan todo tipo de colgantes, collares, aros, pendientes, anillos, etc., que gozan de una extraordinaria popularidad dentro del mundo esotérico. Todavía en nuestros días el ámbar se recomienda como sustancia protectora y curativa.

Cálido y liviano, suave cuando lo acariciamos, aromático cuando lo calentamos y eléctrico cuando lo frotamos, el ámbar debería acompañarnos siempre para aliviar y reconfortar nuestra vida con un toque mágico de esas lágrimas de templada miel. Estabiliza el bazo, el corazón, estómago y la base de los centros de la columna vertebral. Absorbe las energías negativas.
Es recomendable para personas sometidas a estados depresivos internos.

8 comentarios:

Nur dijo...

Jeje, yo no suelto mi colgante de Nanciyaga... nanit!

Jordi Gascon dijo...

Holas Jurema

Este Ambar es tuyo?¿
Todos los minerales tienen su espiritu pero en este de la foto se manifiesta muy claramente.

Un beso.
Ah! que sabes referente al tema diabetes?¿, ya tienes mi correo, no?¿

Jordi Gascon

Logan y Lory dijo...

Tengo una sortija de ámbar que me compré en un viaje a unas islas, que para mí fue muy especial por las circunstancias en las que lo hice.

Siempre que miro mi ámbar hay como algo mágico que me hace sentir emociones tiernas.

Al leer tu texto me ha vuelto a pasar lo mismo.

Un abrazo

Jurema dijo...

Hola parejita...

Hay mucha falsificación con la resina sintética y además les meten bichitos.
No me extraña que te sientas a gusto con el anillo, cuídalo!!.

Besos y abrazos

Paco dijo...

Buenas noches. Es la primera vez que visto tu blog y me ha impresionado este artículo en particular. Aunque no soy capaz de rebatir tu comentario en relación a que un objeto sea capaz de encauzar cierta energía, soy más partidario del poder de la mente... Si crees que poniendote una pieza de ambar en determinado lugar de tu cuerpo, es muy posible que se recupere o que se apacigüe la dolencia, pero considero que eso se debe más a la positividad que se demuestra, que al auténtico poder del ambar.
Me alegro sobremanera de conocerte. Un abrazo

Paco dijo...

Por cierto, he observado que te atrae de una manera especial la cultura mesopotámica. Después de haber visitado la península del Yucatán, no pude más que volver enamorado de ella. Te alavo el gusto. Por ciert, que opinas del Popol Vuh (creo que se escribe asi, si no es correcto, te pido disculpas) Un abrazo

Jurema dijo...

Hola Paco .
Bienvenido a este espacio de intercambio , estas en tu casa!!

Te comento que todo tiene una vibración , el ámbar también, aunque creo que tienes parte de razón, la mente es superpoderosa.

La electricidad (del griego elektron, cuyo significado es ámbar) es un fenómeno físico cuyo origen son las cargas eléctricas y cuya energía se manifiesta en fenómenos mecánicos, térmicos, luminosos y químicos, entre otros.
Se puede observar de forma natural en los rayos, que son descargas eléctricas producidas por el rozamiento de las partículas de agua en la atmósfera (electricidad estática) y es parte esencial del funcionamiento del sistema nervioso.
Es la base del funcionamiento de muchas máquinas, desde pequeños electrodomésticos hasta sistemas de gran potencia como los trenes de alta velocidad, y asimismo de todos los dispositivos electrónicos. Además es esencial para la producción de sustancias químicas como el aluminio y el cloro.
Imagínate !! si puede afectarnos el humilde ámbar..
Un saludo

Jurema dijo...

Hola Paco!

Sí, es correcto Popol Vuh , súper interesante por lo poco que sé , pero te puedo recomendar el códice Matritense lo encontraras aquí..

http://www.geocities.com/Athens/Atrium/9449/s17doc1.htm.

Nunca viaje por la antigua Mesopotamia .. Que significa región entre ríos .

Pero sí me conozco México, me falta Yucatán, y tengo ganas de hacerlo, como no?.
Yucatán proviene del maya Ci u than, que significa no entiendo, y es que ésta era la respuesta que los mayas daban a los españoles. Los hispanos entendían algo parecido a lo que hoy conocemos como Yucatán, que es el nombre que finalmente ha prevalecido..

Me encantan tus visitas , aposéntate y relájate en mi espacio , es para compartirlo con gente como tú.
Un beso