jueves, 4 de diciembre de 2008

ILUMINA MI NOCHE-ORACIÓN


Ilumina mi noche, ¡oh Señor!
Como el día que triunfe sobre el mundo.
No hay esperanza de alba para mi noche:
¡hazme, en esta noche, como el sol, resplandeciente!
Tengo un dolor que mata los corazones de león:
¡haz de este dolor potente alegría!
No tengo fuerzas para este angosto crisol:
¡cávame como una gema en esta piedra!
Tú eres quien acude a ayudar al que grita.
¡acude entonces al grito con el que te invoco!
Por las lágrimas de los niños desheredados,
por los pechos consumidos de los viejos oprimidos,
por la calle, almohada de los caminantes,
por la rendición de los prisioneros en el fondo del pozo,
por el ¡juez! ¡juez! del que te invoca,
por el ¡Señor! ¡Señor! de los pecadores,
por aquella prueba que somete al corazón
por aquella señal divina que reaviva el alma.
por la pureza de los guardianes de tu fe,
por la arcana sabiduría de tus mensajeros,
por los necesitados, en las puertas atestadas de gente,
por los heridos a muerte, tumbados en la sangre,
para los exiliados de sus casas y familias,
para los que se demoran en las caravanas (..)
ten misericordia de mi corazón herido,
¡haz que resurja de este decaimiento infeliz!
Si cada uno de mis cabellos se volviera lengua,
empezarían a cantar tus alabanzas.
Pero carezco de lengua, como un durmiente,
y de los cien "gracias" no he pronunciado ni uno.
Tú eres aquel con el que no cabe un ¿quién eres?
tú eres el "es" y al resto sólo le queda el "no es"
Tú estás oculto tras el velo de unidad,
y has asignado al cielo la viga del poder.
De tu señorío el principio y el cumplimiento,
el inicio y el fin nadie conoce.
en tu corte, con esperanza o temor,
no se puede entrar si no es desamparado.
El cielo has llenado, y has puesto en marcha la rueda,
concediéndole al mundo vida y subsistencia.
Tú sabes si das subsistencia
o tamas la vida. Y haz lo que quieras, porque tú sabes.
Por gracia tuya soy lo que soy,
y a esta gracia añade otra gracia:
cuando sentencia o voto quieras imponer,
crea en mi interior la docilidad para la rendición.
Aunque cualquier veredicto por ti emitido
determine el hado de vida o muerte,
a mí, que sufro sin fuerza digna,
no me des una pena pues carezco de energías.
De mí no sale ninguna acción necesaria,
si no es de mí, entonces viene de ti:
por favor, hazme feliz esta vez,
porque muchas son ya tus gracias para mí.
¡Cómo podría celarte este secreto oculto?
Y aunque lo callara, tú también conoces lo callado.

Nezami (1141-1209) Oraciones del Islam
Annarnau

2 comentarios:

Logan y Lory dijo...

Dejando aparte la cuestión religiosa, algunas de estas oraciones o versículos resultan preciosos. Es como si se lee la Biblia o el Corán a modo de historias, algunas son una maravilla.

Un abrazo,Jurema. Como siempre nos sorprendes con estos artículos.

Jurema dijo...

Hola Lory..
Ya veo que Logan te ha dejado solita unos días ..

Para mi la oración es un recogimiento profundo a solas con la "Divinidad" , no hay un Dios mío o de otros .
Mientras los seres humanos piensen que lo tienen solo para ellos con sus verdades absolutas, así nos va!.
Un abrazo grande