viernes, 24 de octubre de 2008

INGRID BETANCOURT , DISCURSO


En un discurso profundamente emotivo, la colombiana Ingrid Betancourt hizo un llamamiento contra la resignación y la indiferencia durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias el viernes en Oviedo, de la que fue su principal protagonista.

Tras recibir el Premio a la Concordia, y después de definir este acto como "la más maravillosa de las citas" tras su liberación, Betancourt hizo un emocionante recorrido por sus casi seis años de cautiverio en las selvas colombianas a manos de las guerrillas de las FARC, y dio las gracias por los esfuerzos en su liberación a los Príncipes, al Rey, y al Gobierno.

Como homenaje a sus "hermanos cautivos" que siguen presos, tuvo palabras de aliento para ellos, a la vez que pidió al mundo una profunda reflexión sobre su situación para ayudar a su salvación y no dejar pasar la oportunidad, como en su día ocurrió con las víctimas del Holocausto.

"Tengo la profunda convicción de que cuando hablamos, estamos cambiando el mundo. Las grandes transformaciones de nuestra historia siempre fueron anunciadas antes", afirmó Betancourt durante su discurso, que tuvo que interrumpir a causa de las lágrimas, y bajo la atenta mirada de los Príncipes de Asturias y de la Reina.

"Sobre todo, podemos no resignarnos. Porque resignarse es morir un poco, es no hacer uso de la posibilidad de escoger, es aceptar el silencio. La palabra, en cambio, precede la acción, prepara el camino, abre las puertas. Hoy debemos más que nunca usar la voz para romper cadenas".

"Es claro que nuestro mundo debe cambiar y que cada uno de nosotros debe romper la maldición de su propia indiferencia", expresó.

La Fundación Príncipe de Asturias decidió la concesión del premio a la ex candidata a la presidencia de su país, de 46 años, por su "fortaleza, dignidad y valentía" a la hora de afrontar su secuestro. La liberación de Betancourt y de otros 14 cautivos en julio dio la vuelta al mundo por su espectacularidad, y desde entonces la colombiana se ha convertido en un símbolo de los cientos de personas que siguen secuestradas en Colombia.

"Nadie puede sacrificar a un ser humano en el altar de su ideología, de su religión o de su cultura. Si las FARC no quieren ser consideradas como terroristas por el resto del mundo, tienen que rectificar su acción, repudiando el secuestro para siempre".
Agregó la colombiana en un discurso que fue recibido con una enorme ovación del público que abarrotaba el Teatro Campoamor de la capital asturiana.


Raquel Castillo

2 comentarios:

Papallona dijo...

Mi profundo respeto a esta mujer. Me deja un mensaje. Yo no puedo liberar a esos seres humanos,,, pero si puedo darle la espalda a la indiferencia cada dia y estar en la acción siempre. Con entusiamso y sin resigncación enfrentando lo que la vida me trae.

Gracias Betancourt!

Logan y Lory dijo...

Son modelos, ejemplos de la condición humana que todavía nos permite pensar que aún hay esperanza, que hay gente que todavía defiende sus ideas y las lleva a todas sus consecuencias.

Un saludo