Había cierto rabino que era adorado por su comunidad; a todos les encantaba lo que decía.
La excepción era Isaac, que, a la menor oportunidad, contradecía las interpretaciones del rabino, y señalaba errores en sus enseñanzas. A los demás les irritaba mucho esta actitud, pero nada podían hacer.
Cierto día, Isaac murió. Durante el entierro, la comunidad se dio cuenta de que el rabino estaba profundamente triste.
-¿Por qué tanta tristeza? – comentó alguien -. ¡Él no hacía otra cosa que buscar defectos en lo que usted decía!
-No me lamento por mi amigo, que hoy está en el cielo – respondió el rabino – sino por mí mismo. Mientras todos me reverenciaban, él me desafiaba, y yo me veía obligado a mejorar. Ahora que él se ha ido, tengo miedo de dejar de crecer.
7 comentarios:
¡Hola, Jurema! He aquí una muestra de la sabiduría del ser humano: ver lo positivo de una situación aparentemente desagradable.
Gracias por llevarlo a tu blog y que lo hayamos podido leer.
Salud para ti y los tuyos.
Una buena enseñanza...
Un abrazo!
Hermosa historia para reflexionar.
Aprendemos de los errores y mejoramos con las crísticas ¡qué sabio el rabino!
Un beso.
Que tal cariño deseo que esteja bién. Nosotros estamos bién começando el trabajo de verano.
Deseamos que su nueba residencia sea con muchas alegria y mucha felicidad. Mi amiga cuando usted poder mandame el nuebo numero de telefono para hablarmos, pois nosotro quieria hablar con usted em su fecha, mas no tieniamos su nuebo numero. Me quedo esperando.
Un grand abrazo para usted y su família.
Buena semana.
gracias por compartir, siempre un placer pasar a visitarte.
Recibe un relajante y cálido abrazo de luz para tu ser.
Beatriz
Hola Jurema, no sé porque no se me actualiza tu blog...y me pierdo estas buenas entradas tuyas...
Cuánta sabiduría del rabino!!
Un gran abrazo y te dejo una invitación...
Ali
que bonita enseñanaza, gracias ;)
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