Maestro, tengo un problema con mi hijo: me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.
¿Qué harás?
¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!
Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo. Desarrolla su talento. Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo.
Un estudio, llevado a cabo por psicólogos canadienses y publicado en Psychological Science, da cuenta de las afirmaciones poco correctas de algunas revistas de pseudopsicología, popularmente llamadas de autoayuda, que recomienda a sus lectores que "prueben a recitar: 'Soy poderoso, soy fuerte, y nada en este mundo puede detenerme'", lo que, según este estudio, lejos de ser beneficioso, puede llegar a resultar contraproducente.
Las afirmaciones positivas sobre uno mismo hacen que las personas que ya se sienten mal con respecto a sí mismos no se sientan mejor sino peor, concluyó el estudio realizado por los psicólogos Joanne Wood y John Lee, de la Universidad de Waterloo, y Elaine Perunovic, de la Universidad de New Brunswick.
La sola repetición de un mantra positivo no levantará la autoestima de los pacientes
Para el estudio, los especialistas le pidieron a personas con baja y alta autoestima que repitieran la frase "Soy una persona querible", para luego medir los estados de ánimo y los sentimientos de los participantes. Lo que hallaron es que los individuos que comenzaron el estudio con baja autoestima se sintieron peor después de repetir esa frase. "Creo que lo que ocurre es que cuando una persona con baja autoestima repite pensamientos positivos, probablemente tenga pensamientos contradictorios", dijo Wood a la agencia AFP. "Por lo tanto, si están diciendo 'Soy una persona querible', pueden estar pensando 'Bueno, no siempre soy querible' o 'No soy querible en este sentido' y estos pensamientos contradictorios pueden desbordar los pensamientos positivos", explicó.
A pesar de que los pensamientos positivos sí parecen efectivos cuando forman parte de una terapia más amplia, solos tienden a revertir el efecto que supuestamente tienen que tener, dijo Wood, instando a los libros, revistas y programas de TV de autoayuda a dejar de decirle a la gente que la sola repetición de un mantra positivo levantará su autoestima. "Es frustrante para la gente cuando lo intenta y no funciona", añadió. Fuente psicovivir
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, seres tales jamás hallarás en tu camino, si tu pensar es elevado, si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás, si no los llevas dentro de tu alma, si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo. Que muchas sean las mañanas de verano en que llegues -¡con qué placer y alegría!- a puertos nunca vistos antes. Detente en los emporios de Fenicia y hazte con hermosas mercancías, nácar y coral, ámbar y ébano y toda suerte de perfumes sensuales, cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas. Ve a muchas ciudades egipcias a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente. Llegar allí, es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos años y atracar, viejo ya, en la isla, enriquecido de cuanto ganaste en el camino sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino. Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado. Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, entenderás ya qué significan las Ítacas.
Mi querida amiga, gracias por tu cariño!
Todo es tan fácil...y lo hacemos tan complicado... (Frase de Diego)
Un pájaro herido no puede volar, pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco.
¡Deja de apegarte al pasado!
Dice el proverbio hindú: El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando. El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el apego; la supresión del sufrimiento significa la eliminación, el abandono de los apegos.
Hay un deseo común, que es el cumplimiento de lo que se cree que va a dar felicidad al yo, al ego. Ese deseo es apego, porque ponemos en él la seguridad, la certeza de la felicidad.
Es el miedo el que nos hace desear la felicidad, y ella no se deja agarrar. Ella es. Esto sólo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales.
Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego. ¿Abandonar los apegos significa apartarse del mundo material? La respuesta es: ¡No!
Uno usa el mundo material, uno goza el mundo material, pero no debe hacer depender su felicidad del mundo material. ¿Está esto suficientemente claro?
Uno comienza a gozar las cosas cuando está desapegado, porque el apego produce ansiedad. Si estás ansioso cuanto te aferras a algo, difícilmente podrás gozarlo.
Por lo tanto, lo que te propongo no es una renuncia al goce: es una renuncia a la posesividad, a la ansiedad, a la tensión, a la depresión frente a la pérdida de algo.
¿De dónde crees que provienen todos los conflictos? De los apegos.
¿De dónde crees que proviene el sufrimiento? De los apegos.
¿De dónde crees que proviene la soledad? De los apegos.
¿De dónde crees que proviene el vacío? Tú lo sabes: el origen es el mismo.
¿De dónde crees que provienen los temores? También de los apegos. Sin apego no hay temor. ¿Lo pensaste alguna vez?
Sin apego no hay temor. Desconozco el autor.
Todo tiene su belleza, pero no todos la ven Confucio.