viernes, 20 de enero de 2012

VIAJANDO SOLA


Nunca viajé sola tan lejos! La sensación era de extrañeza al mirar el asiento de mi lado derecho, era una sensación muy rara. En vez de tener a mi lado a Joan  Nur  o algún amigo viajero  tenía un hombre joven, amable, sonriente y dispuesto a tener una agradable plática viajera.
 Me contó entre muchas cosas que era médico- pediatra -cirujano. Su esposa viajaba en primera clase porque trabajaba para una compañía farmacéutica y tenía el billete pagado, él no.  Me enseño las fotos de sus dos hijos,  muy orgulloso de su hazaña paternal. Claro está, yo le conté por encima mi situación reciente,  su gesto fue de susto. Quizás pensó que le daría la murga explicándole la vida de mi difunto esposo pero no fueron esos los derroteros… La verdad es que tenía muy buena energía. Quizás no tanto  su esposa que aparecía por allí de vez en cuando controlando la situación. Jajaja.
Llegué con una hora de retraso a DF. Casi no había amanecido y medio perdida mirando si tenía todos los documentos que me pedirían en la aduana me puse orgullosa en la fila interminable de los mexicanos y miré la de los turistas pensando mil cosas a la vez.
Así fui avanzando hasta llegar. Con una sonrisa y unas sonoros buenos días  le di mi carnet y pasaporte al policía, me miro medio extrañado, comprobó  todo y me lo selló!
Recta y firme avance por mil pasillos interminables hasta llegar a la sala de desembarque. Caos Absoluto!  Cuidando el carrito con el ordenador  y la maleta de mano tenía que buscar mi equipaje entre la multitud  de maletas similares y bolsas multicolor para que no desaparecieran en la vorágine de la cinta. No hay nada como tener cierta edad  para que un caballero alto y hermoso me recogiera de la cinta las maletas que yo le señalaba y me las acomodara en el carrito. Gracias Sr, que amable es Ud!  Gracias de nuevo!  Y así fui lentamente acercándome al momento más álgido de la travesía…  El registro!   Policías femeninas con caras perrunas aun con la legaña me indican que vaya poniendo todo en la cinta, así lo hago, con diligencia y seriedad, van pasando mis cosas perdiéndose en el más allá y tengo que apretar un botón. El fatídico ¡ Si sale rojo me registran hasta la nuca , si sale verde paso!  Y salió verde.
Cargadísima y con casi todo controlado avanzo entre el gentío, salgo de la oscuridad de la tristeza a la luz de la esperanza….
Allí estaba Nur ¡Con la sonrisa en los labios . Se había adelantado a las barreras, ya me había localizado por mi chaqueta  roja entre la multitud.
Un gran abrazo,  dos besos, cómo estás? Bien pero vámonos de aquí! Aun no han abierto la casa de cambio .No importa ya lo haremos…Espera, espera que me fumo un cigarrito.
Taxi  cargadísimo!  Qué llevas hay dentro que pesa tanto?  Cosas mías, cosas de Ikea. Caprichitos que he ido recopilando durante tres meses! Regalitos ¡Lastima no he podido traer algo a todos los que me esperan con cariño.
Por fin! Circulamos lentamente por el caos de una de las urbes más pobladas del mundo….

Llegamos a un hotelito rancio y con olor a huevos fritos y moho pero céntrico, eso es muy importante.
Descansamos un ratito y decidimos irnos a desayunar a un restaurante lleno de gente hambrienta. Café con leche y huevos revueltos con jamón,  jugo de naranja por favor, me traen café con un chorrito de leche, está bueno.
Paseo por  el zócalo dirección a no sé dónde, Nur  me lleva a buen ritmo, conoce muy bien la zona pues lleva 10 días y se lo ha pateado todo.
Encontramos una tienda que no puedo dejar de olisquear, veo bacalao seco, Yo quiero!  Yo quiero! Y compro un kilo del susodicho.  Dos latas de atún, queso tierno y algo más…Feliz con mi compra!  A Nur no le gusta el bacalao o sea que será para mi solita!
Volvemos al Hotel y después de descansar otro ratito decidimos que los colchones son terroríficos y decidimos irnos ya.
Otro taxi al la central de autobuses y billete para viajar toda la noche.  Vuelta al hotel y cargando el equipaje de las dos, Que vergüenza! Jajaja la mochila de Nur es terrorífica, no sé cómo ha podido arrastrar ese bulto tantos días. Lo entiendo, ahí está todo su mundo. Como en mis maletas el mío!
Ya en la terminal  ADO y con los boletos en el bolsillo compramos chocolatinas que no pruebo.
Dirección Catemaco. Está amaneciendo y lo primero que veo al salir es la laguna a diez metros de mis pies. Le pido con humildad que me de permiso para entrar. A los Chaneques  a las Ondinas que en ella habitan, a todas las criaturas dueñas de esta tierra de poder.
He aprendido la lección!  Es la tierra de los Olmecas, tierra sagrada, llena de poder con sus volcanes y selvas llenas de misterios…Tiempo atrás no lo había percibido así, pero los duendes se han encargado de hacérmelo saber. Me lo dijeron pero nunca  le di más importancia. Ahora sé que hay entrar con respeto y en son de paz.
Taxi a Dos Amates. No discutimos el precio, nos parece justo.
Llegamos a la puerta y descargamos,  busco en mi bolso el llavín, lo pongo en la cerradura doy media vuelta y se abre. Como huele a humedad por Dios! Me sigue Nur con su mochilón y todo lo demás. Entro en la habitación y siento como se me retuercen los intestinos y se encoje el corazón. Allí está todo!  Tal y como lo dejamos para salir con prisas para España.
Allí están las camisas y todo lo demás, aun conserva  su olor característico, un perfume muy conocido para mí. Sus zapatos negros de color gris envueltos de moho como un limón en estado avanzado de descomposición.
Sin ninguna dificultad resbalan dos lágrimas por los surcos de mis mejillas que los años han ido dibujado. Está lloviendo hace días, esto es la selva….  recuerdo un corto poema.
 
Pudrió el tiempo los años que en las selvas pululan.
Yo era un gran árbol tropical.
En mi cabeza tuve pájaros.
Sobre mis piernas un jaguar.
Junto a mi tramaba la noche el complot de la soledad.
Por mi estatura derrumbaba el cielo.
La casa grande de la tempestad.
En mi se han amado las fuerzas del origen.
El fuego y el aire la tierra y el mar.

Carlos Pellicer